Ante todo, que nadie se me sienta ofendido: Este post está escrito desde el cariño más cariñoso del mundo.
A mí me gusta salir a andar y digo andar y no pasear. El paseo requiere un rítmo lento, pausado, casi contemplativo, de estado zen, y yo lo más zen que he estado en mi vida ha sido cuando he andado por el zen-tro.
Pasear se puede hacer casi con todo el mundo, pero andar no, de hecho andar tiene dos grandes archienemigos: los perros y las abuelas.
Sí, es imposible dar dos pasos sin encontrarte a otro semejante suyo y evitar que se paren.
Tanto los perros como las abuelas se van poniendo nerviosos cuando ven a lo lejos que se les acerca un posible "colega". Si se trata de un perro pueden pasar tres cosas:
1.- Tu perro se siente digno ese día y no se para, pasa.
2.- Va con ganas de "marcha" y le huele el culo para poder jugar con él.
3.- Se caen mal, se enseñan los dientes, gruñen y al estar atados no hacen nada más.
Si la situación se da con abuelas, la opción número uno de los perros ni se da.
1.- Si una abuela tiene el día digno se para siempre que puede para que todo el mundo se entere que su nieto es estupendo o que ha batido el record del barrio en número de pastillas recetadas por el médico.
2.- Si tiene ganas de hablar se dará un poco el primer caso pero esta vez no dejará que la otra abuela hable. Ella simplemente hablará y hablará con lo que se crearán dos conversaciones simultáneas que no encontrarán conexión alguna. Es algo muy interesante de ver.
3.- Si se cruzan dos abuelas que se caen mal decelerarán el paso para poder mirarse bien y poder decirse un: buenas tardes con retintín y cara de: las dos sabemos que nos odiamos pero somos señoras y sí, luego te voy a criticar cual tertuliana del corazón. (Por suerte no es necesario que vayan atadas)
Ser señora es igual que ser caballero, vale, la reverencia es distinta, pero ambos tienen pactos, los de los caballeros son bien sabidos, pero... ¿los de las señoras? Personalmente pienso que éstos últimos son más complicados, sí, porque están a la altura de Sun Tzu. Estoy segura que si el Risk lo adaptaran a cada barrio tendríamos grandes jugadoras de 80 años.
Las señoras obtienen mucha información y saben perfectamente qué le pueden decir a quién para conseguir que todo el barrio se entere de algo o al revés. No me extrañaría nada que tras los altos mandos militares estuviera su madre:
- Hijo, ¿no pensarás atacar ese país, no?
- Mmmhhh, pues sí mamá.
- Ya... ¿Y también te pensabas bañar sin haber esperado dos horas para hacer la digestión?
- Mamá éso es una tontería.
- Qué tontería ni qué tonterío. Al hijo de la Encarni le tuvo que sacar el socorrista porque no esperó las dos horas y le dió un corte de digestión. ¿A caso quieres que te tengan que rescatar las tropas de la ONU? ¡¡Pues no invadas ése país!! Hay que respetar hijo, res-pe-tar.
Las señoras son sabias,por éso saben que para salir a andar hay que ir equipada. Algunas hacen mix, paseo + andar, es decir "ir a toda pastilla" pero saludando, hablando a la que se encuentran desde diez metros antes de cruzarse con ella y luego criticarla, pero todo ello sin descuidar el aspecto: con chándal a la última y zapatillas "de deporte con tacón". En chándal con tacones queda mal, pero el chándal con zapatillas de tacón queda ideal.
Hay abuelas que no son señoras, y éstas son las abuelas modernas, las que pasan de todo, dicen tacos y tienen más marcha en el cuerpo que una horda de jóvenes empastillados en Ibiza. Abuelas que se tiñen el pelo de morado o le dicen a sus nietas que se pongan minifaldas que están más guapas.
Yo quiero ser ése tipo de abuela, por éso casi no salgo, para guardar fuerzas para la senectud. Sólo me permito un capricho: salir a andar. A veces salgo a pasear con mi abuela o el perro, que me roban energía sí, y más cuando salgo con los dos a la vez, pero ya se sabe, una vez al año no hace daño y mi abuela y mi perro son los mejores del mundo ( como veís voy practicando por si me quedo en señora y me da un día por ser dignísima)
lunes, 23 de agosto de 2010
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