domingo, 4 de julio de 2010

Este gran lapso de tiempo.

Ya hace más de 2 meses que no escribo aquí y aunque no tengo una vida apasionante, algunas cosas han cambiado.
La primera es obvia: he dejado de escribir.
La segunda: ahora madrugo todos los días.
Tercera: me he dado cuenta que tengo un alma caribeña que es cosa mala.
Cuarta: nunca dejo de sorprenderme.

Ahora os lo voy a explicar, punto por punto o bueno, mejor lo hago como una persona obsesionada con las proteínas y el ejercicio, vamos que lo voy a meter todo en una batidora y ¡hala! a ver quién es el valiente que se lo traga.

Hace cosa de un mes y medio me contrataron como becaria en una empresa(no voy a decir cuál es, no por nada en especial, si no porque hasta que no me haga con su control absoluto es tontería darle promoción ¿no?)
El principio fue muy caótico, y ahora que parece que controlo más mis funciones sufro constantes ataques de pánico a haberla cagado, los fines de semana se me hacen muy cortos y la mitad del tiempo lo paso pensando en que la he cagado.
De esta situación y de que muy pocos días salgo a mi hora, he deducido que tengo un alma caribeña que ni un funcionario de República Dominicana. Me gusta tener mi tiempo libre, aunque sea para no hacer nada, pero aquí me doy cuenta que la vida casi se resume en una palabra: trabajar.

Si mezclo todo lo que he dicho hasta ahora parece que estoy trabajando en la Casa del terror. No es así, no, pero mi primera reacción sí fue la misma que tuve la primera y única vez que entré a ella: gritar, cerrar los ojos y pedir por favor que me sacaran de ahí. He de decir que no solo conseguí que me sacaran de ahí, sino que también encendieran las luces y el actor pusiera su voz de verdad. ¿Ataque de pánico? No... solo que cuando quiero algo lo consigo... ( espero que esta explicación cuele... ¡Jolín era muy joven, no sabía lo que hacía! ¡¿Y quién no ha agarrado a una amiga de la coleta para que no la dejaran la última de la cola?! Seguro que eso es el pan de cada día en las pescaderías y charcuterías de España: -¿Quién da la vez? - La señora esta. Y la señora: ¡y una leche! Agarra a otra del moño y solucionado, ya no es la última.)
A raíz de empezar a trabajar me he dado cuenta que soy capaz de hablar con gente de Londres y entenderles, aprobar Intermedio II de inglés ( no voy a decir cuántos intentos hubo antes por vergüenza) y que en ocasiones pierdo la consciencia de lo que hago, aunque siga trabajando, esté despierta y mi cuerpo se mueva, al rato me doy cuenta que no he escrito lo que quería, quizá sea un super poder ¡estar en dos planos de la vida a la vez! Éso está guay, pero tendré que refinar la técnica porque si no me entero de lo que hago en uno de esos planos.. no le veo el sentido positivo al superpoder. Hablando de superpoderes, el jueves pasado oí que en algunas entrevistas de trabajo se pregunta qué tipo de superpoder te gustaría tener. Al oirlo me bloqueé ¡hay demasiados superpoderes molones! Seguramente preguntaría: ¿sólo se puede uno? Es que pensadlo, estaría guay ser super rápida para acabar las cosas en un pliqui y poder dedicarte a lo que te gusta, o leer la mente porque así sabrías qué piensan los demás y podrías adelantarte a sus jugadas, o volar para darle envidia a Perzanzaguirre (puedo desplazarme por el aire sin necesidad de montar en helicópteros que se estrellen nada más despegar) o... no sé si se considera super poder, no, creo que es religión, sí, me haría yedi, oye un gesto con la mano y la gente dice amén. Si en la época del Oeste hubiera habido Yedis se hubieran ahorrado muchísimas balas: Baila ( gestito con la mano) y el muchacho hubiera bailado hasta el lago de los cisnes. Ahora que lo pienso... a mí me dicen: ¿oye puedes hacer esto? Y digo sí, claro. Y nadie hace ningún gesto con la mano (a mí lo mismo me apetece levantar algún dedo de la mano pero... nada más, claro los becarios no tenemos derechos, a ver sí los tenemos, pero sabemos que si queremos optar a quedarnos en la empresa debemos olvidarnos de ellos. A mí esto me cuesta, fijaos si me cuesta que en mi primera semana me planteé la necesidad de crear un sindicato del sector. ¿Habré nacido para ser sindicalista? ¿Para vivir en el Caribe? ¿Para pasarme las horas muertas en una mecedora observando mi campo de algodón de Tara? No lo sé, no lo sé, pero lo que sí sé es que a mi afición a las series de televisión ahora he de agregar otra: leer. Sí, yo antes leía muy poco, pero desde que empecé a trabajar me he dado cuenta que leer es una vía de escape genial, en serio, nunca antes había sentido la necesidad de ponerme a leer para alejarme de la realidad. Estoy encantada con esta nueva afición. Hora eso sí, ¡no preocuparse! Esto del trabajo, el alma caribeña y la lectura es temporal, mi objetivo sigue siendo dominar el mundo ¡qué el mundo! ¡¡EL UNIVERSO!!

1 comentario:

Leeeti dijo...

jajaja me acuerdo de la conversación del superpoder!!jajaja
Bueno amiga, ánimo con todo!que al final luego te haces, lo importante esque te guste,
un besito