lunes, 2 de marzo de 2009

Estoy con la regla.

Pues sí, ayer me vino la regla, me dijo: ¡Hola! y yo la dije: ¡ey! y eso fue todo, no tenemos una gran relación, viene, se queda unos días y ya está, hasta el siguiente mes. Pero la tía siempre me hace pensar, o bueno, odiar, depende de cómo de "guerrera" venga.
Por norma general suelo maldecir a los hombres, porque ellos no la tienen, y tampoco tienen que sufrir la ovulación, pero bueno, para apaciguar este sentimiento ya están las compresas, que te enseñan cosas sobre la regla y el ciclo menstrual, o que en EE.UU. hay un museo enterito dedicado a la regla. Bueno, pues gracias a las compresas me he enterado de que los hombres también sufren un ciclo hormonal; mi primera reacción: ¡toma! ¡que les den! ( sí, soy así de buena persona), luego ya empiezo a pensar: pues.. en el fondo no somos tan diferentes, aunque claro, si ellos sangraran como cerdos durante siete días seguramente se pedirían la baja todos los meses para pasarla. Nosotras somos fuertes, eso es así, soportamos mejor el dolor (bueno, no todas, que hay alguna muy blanda), pero es normal que tengamos esa fortaleza, toda nuestra vida, desde el inicio, hemos tenido que soportar cosas un poco crueles, ¿a qué me refiero? Pues a que hay mucho egoísta por el universo, mas concretamente uno, un tal Dios, que al parecer según dice un tal Ratzinger Z fue quien nos creó, primero al hombre y luego de una costilla de éste ( ya vamos viendo que el tío es de la orden del puño cerrado) nos creó a nosotras. Bueno, pues nos deja ahí, a los dos tirados, en un bosque, sin nada que hacer, sin un mísero trivial ( por otro lado lógico porque la televisión y las olimpiadas aún no habían nacido). Total, que así pasan los días la pareja, charlando, contemplando las nubes ( os garantizo que ya no sabían qué más formas podía tener una nube, habían visto alguna incluso como un astronauta pisando la luna, visionarios ellos), así que un día, pensando qué podían hacer de comida vieron una serpiente subida en un árbol y dijo Eva: oye, ¿ y si comemos hoy serpiente? y Adán respondió: pfff, ¿otra vez? Estoy ya de carne hasta la coronilla, seguro que tenemos el colesterol por las nubes, prefiero algo más ligerito, una ensalada o algo así. -Eva: pues mira chico, todavía no existe la lechuga, la escarola y mucho menos las ensaladas embolsadas así que como no quieras una manzana...
Como bien sabemos todos Adán eligió la manzana, y cuando le iba a incar el diente por segunda vez, oyeron una voz más bien enfadada que decía: ¡malditos! ¡os estáis comiendo mi manzana! Eva al oír esto le dijo,: eh... vamos a ver, que es solo una manzana, que cuando la acabemos tiramos las pipas al suelo y te crece otro manzano en un pis pas, que esto es el paraíso ¿no sabes? - Dios: ¡¿Cómo?! - Eva: Que-te-plan-ta-mos-o-tro-man-za-no. -Dios: ¡Rayos y centellas, maldita niña! Contestarme a mí, quién se ha creído. -Adán: Un tema, Dios, ¿tan importante era esa manzana?, que solo ha sido una, qué pasa ¿ que era justo la manzana que te hacía el litro de sidra?
Dios se puso rojo de ira, porque, está claro, que les dejaba vivir en el paraíso pero... eso de vivir es compartir para él no era, que lo suyo es suyo y lo nuestro también, que para eso es él que dirige el cotarro del universo. Como estaba tan enfadado, y tiene un pronto muy malo les echó de ahí a patadas, y como de siempre había envidiado el pelazo que tenía Eva ( una cosa mala, qué brillante, qué sedoso, chica pantenne sin ninguna duda) la señaló con el dedo ( con lo feo que está eso) y la dijo: " y parirás con dolor" que ella pensó, a, muy bien ¿yo paro con dolor y él tiene que ganarse el pan con el sudor de su frente? entonces, el sudor que me salía a mi cuando iba a cazar serpientes ¿ese no contaba? ¿no? y encima a sido Adán el que se ha comido la manzana..
Eva se fue muy rebotada del paraíso, tanto es así que ella empezó a esparcir la semilla del laicismo, no os digo más, de hecho cada vez que alguien duda de la existencia de Dios, Eva, para sus adentros piensa: toma manzano, Dios.
Está claro, que Dios, no solo es tacaño sino que también es rencoroso, pero... nos sigue dando lecciones: ser rencoroso no está bien, porque ahora tendrás que estar llorando de la impotencia , ¿no, Dios? Aishhh, nunca pensaste que llegaría la epidural, y que desarrollaríamos trabajos apretando teclas, que sudamos solo si la calefacción está muy alta.

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