De verdad, de verdad de la buena que yo trato de ser buena y no hacerle daño a nadie y hablar con todo el mundo que se acerque a mí ( ya sabéis que yo soy más tirando a asocial). Al parecer hay seres que se toman muy mal que no les tenga en consideración y por ello esperan un año ¡un año! para vengarse de mí.Si estáis pensando que son unos seres malditos os digo: amén.
Es que, en serio, no fue culpa mía que no nos viéramos en todo el verano, a mí me sorprendió mucho, pero me imagino que las circunstancias de cada uno fueron las que propiciaron que no pudiéramos compartir momentos juntos, así que no veo motivos por los que sufrir esta venganza tan... tan... ¡tan desesperante! NO PUEDO DEJAR DE RASCARME.
Mosquitos y bichos del mundo, ¡dejad de picarme ya!, que a este paso voy a parecer una pulgosa, todo el día rasca que te rasca, golpecito tras golpecito (es lo que hago cuando me dicen: no te rasques, que es peor, y a mí se me pone cara de desesperación).
Reconozco que me encanta el verano, y que incluso soy de las que piensa que un verano sin carabana y alguna picadura de mosquito no es verano, pero esto... esto no es verano, es un sinvivir,que estamos a principios y ya he cubierto el cupo de picaduras anuales. Tanto es así que no me extrañaría que un día me dijeran: uy, te has quemado muchísimo, deberías tener cuidado. - No, no me he quemado, estoy rosa porque toda yo soy una picadura, gracias.
A todo esto solo le veo una cosa buena, y es que así podré disimular algún que otro grano maldito que me salga: uy, menudo grano te ha salido. - No es grano, es una picadura, si mira cómo estoy. - Ay, es verdad, vaya ¿te pica mucho?. - Sí, muchisisísimo.
Sé que todos en esta vida nos ha tocado cumplir con una función, pero a mí no me hace mucha gracia que de repente me toque ser estación de repostaje para mosquitos y bichos varios, que encima son cobardes, no se dignan a dar la cara, te pican sin avisar, ya que ves tú qué les costaría mandar un mensajito al móvil, tampoco pido más: hoy te pico a eso de las 4 de la mañana.
Bueno, voy a seguir rascándome un rato, o a comerme un helado, no sé.
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1 comentario:
Jo, cómo te entiendo... A mí también me comen viva!! Viva el aután!!
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