lunes, 26 de octubre de 2009

Y los sueños, sueños son.

Siento haber tardado tanto en escribir algo, pero me he solidarizado con Las Tablas de Daimiel y he estado en sequía ( creativa) y posteriormente algo pocha ( faringitis, que es lo que le sucede a los seres vivos que no pierden hojas en otoño).


Hace algunos días tuve unos sueños un tanto curiosos, en uno entraba a una tienda muy pija a comprarme un vestido de novia. Me lo probaba y curiosamente me quedaba como un guante. Era de color verde, con volantes ( no hace falta que hagáis esos gestos de ¡madre mía que horror! que no es un regalo para vosotros), cada volante era de diferente tela, un con florecitas pequeñitas, otro de tul, y todo eso acababa en cola, muy bonito,muy bonito, (que sí, muy bonito sólo para mí) . El dueño de la tienda, que era un gayer de esos con estilo con camisa de rayas y jersey morado cuello pico ( este hombre es en la vida real peluquero, más concretamente el peluquero que vi durante 5 segundos cuando fui a pedirle hora a mi tía). Bueno, pues este hombre me dijo lo siguiente: cuando te cases vas a ser la novia más bonita del mundo, porque tienes un estilo increíble.
Bueno, lo mismo no son justo esas palabras pero en ese momento me vi con un vestido blanco ( no tan bonito como el verde) en medio de una gran luz en plan... ¡madre mía! ¡En plan, ves hacia la luz, ves hacia la luz! ¡En plan muerta! Bueno, como en eso no caí cuando me desperté no lo tendré en cuenta ahora. En fin, que cuando este hombre tan majo me dijo eso sólo puede pensar 2 cosas:
1.- Pero si ni siquiera tengo novio. ¿Qué hago aquí?
2.- Ayyyyyyyyyyyyyyyyy, qué bien me quedaaa, ¿y dice que está rebajado? Me lo quedo, me lo quedo, me lo quedooooooooo.

Y así sin más mi sueño acabó. A la noche siguiente volví a soñar, sí, esta vez fue algo más caótico, perdía el tren que gente con la que iba ( concursantes de Fama y ex becarias) sí cogían. Mas tarde y cuando estaba claramente perdida por las calles en busca de una estación de metro o tren, me encontré con una amiga que corría junto a sus colegas porque les perseguía no sé quién. Al final también les perdía a ellos, y acababa no sé cómo liándome con un mozo de muy buen ver que llevaba camisa de rayas, ¿el peluquero? No, este era joven y más grande y... de repente no sólo pasa a ser de día sino que conozco a una niña super bonita que resulta ser... ¡mi hija! Aquí es cuando flipo, un pelín. Cogí a la niña para jugar con ella, y ésta sonreía, se lo estaba pasando bien, pero en esto que estamos poniendo caras que si te saco la lengua que si... ¡aaaaaaggggg! ¡Qué es eso! La niña también sacó la lengua y... bueno, resulta que era la de una serpiente así que otras vez tuve dos pensamientos:
1.- Aaaaagggg, que asquete. Rápido, rápido, cambia la cara que sino la niña te va a coger un trauma porque horrorizar a tu propia madre tiene que marcar.
2.- ¿De dónde ha salido esta niña? Si ni siquiera tengo novio.


Cuando me puse a analizar estos sueños me di cuenta que sentía una gran frustración, ¿porque no tienes novio Srta. Aristas? No, no, ¿qué decís? Problemas los justos, que yo no os deseo el mal, no me lo enviéis a mí en doma de varón. Mi frustración se debía y se debe a que... ¡Jo!, Soy incapaz de acordarme exactamente de cómo era mi vestido de novia, es que era tan tan tan bonito, aish.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿¿te vas a casar con un lagarto??

Sonrisa dijo...

jajajaj me encantan tus sueños Irene!!
Tu hija tendra le langua de Sabi!